domingo, 23 de marzo de 2014

Una búsqueda, un pequeño inicio, desde ningún lugar.

Aveces, cuando cierro los ojos puedo ver todo desde abajo. ¡Todo es tan hermoso!

Una Curiosa caída 


Y... Aquí estoy.
Después de tanto batallar conmigo misma e ignorar ciertas verdades, he terminado cayendo a este lugar.
¿Cómo demonios llegué aquí?
No tengo idea.
Así que comenzaré por el principio.
Mi nombre es Sara y tengo muchas cosas que decir, la verdad, tengo demasiadas. Hablo conmigo todo el tiempo, vivo hablándome día y noche, en especial desde que aquella persona que amé (y sigo amando) decidió decirle adiós a nuestros castillos
Castillos, dícese de aquellos sueños construidos con amor en algún lugar perdido que nadie más que los (o el o la) constructores (o constructor o constructora) puede hallar.
Pues, aquí estoy.
Llevo 19 años viviendo en este mundo extraño y he descubierto varias cosas interesantes.
Por ejemplo, de vez en cuando me siento realmente decepcionada de la humanidad, pero otros de "vez en cuando" descubro aquellos pequeños actos de ternura que me hacen sentir alegre por vivir en este planeta. Por supuesto, que hay muchos, muchos, incontables malos momentos, pero son esos buenos, pequeños y encantadores momentos... los que le dan vida a la vida.
Magia a la magia.
Pues bien, a esta altura se ha podido notar que hablo de lo seres humanos sin sentirme una.
Pues bien, la verdad es que creo que tengo algo de humana, y ese algo me hace hacer cosas estúpidas de vez en cuando.
De vez en cuando.
Por eso es que aveces me siento tentada a sucumbir ante las poderosas emociones que suelen embargar este pequeño cuerpo... y lo hago.
Y lo hago...
Pues bien, tenemos a este hombre, este.... encantador caballero de armadura, pero, no se dejen despistar, la armadura no sólo lo protege, lo aísla.
Lo aísla del mundo y lo hace permanecer, de vez en cuando, en un ostracismo que muy pocas veces logro comprender.
Designios extraños del universo (más bien de sus padres) me alejaron de él. La única persona que alguna vez pudo comprenderme.
La única a la que le podía contar mil veces algo... y descubrir mil significados diferentes al hablar.
La verdad es que él ha cambiado y me da miedo admitirlo.
¿Pero tantos cambios en unas dos semanas?
Eso es lo difícil de creer. 
Sea como sea, yo amo a ese hombre de armadura, porque lo he visto sin ella, porque él se ha mostrado ante mí sin ella, porque hemos compartido mil mundos y mil galaxias.
Pero aún así, hay cosas que debe hacer uno solo.
Yo soy una luchadora, una luchadora incansable, que defiende el amor, la fe, la magia.
Todo aquello que merece ser defendido.
Y él debe de tomar un bando, ¿no es así?
Él debe de elegir luchar por mí y por nosotros.
Hay cosas tan simples que el ser humano vuelve complicadas.
Y todo esto me ha llevado aquí.
Debo de desahogar esto de alguna manera o siento que me voy a ahogar con mi propia voz.
Y no puedo permitirme tal recaída.
Debo de ser fuerte por todos.
Por mí.
Mientras escribo esto una frase del escritor y poeta Jorge Eduardo Eielson viene a mi mente:
"Todo el mundo huye de mi corazón,

porque parece un cocodrilo"

Sé que no dejaré esa frase allí, sé que la escribiré más adelante, la analizaré quizá varias veces, quizá mil veces ¿Quién sabe?
Aveces me siento rehuida.
Soy una persona muy extraña, me gusta alardear de eso, pero la verdad es muy triste en la mayoría de los casos, porque me hace sentir sola.
Siempre voy buscando luces en la noche, mi caballero de armadura dice que yo soy una de ellas, sí, lo sigue diciendo aún hoy, luego de ese día, luego de esa tormenta... y yo la verdad le creo. Creo en sus palabras. Esa noche destruyó mi corazón de mil maneras. Pero aún así le creo.

Es ahí donde me detengo un momento.
¿No es eso extraño?




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